Con el barco atracado en Asuán, tocamos diana ¡a la 01:30h de la madrugada!.
Tras un viaje de 3 horas en bus nos esperaban unas de las grandes estrellas del viaje, los templos de Abu Simbel, en el sur de Egipto, próximo a la frontera con Sudán. El madrugón sin duda mereció la pena. Al amanecer nos esperaba el faraón más poderoso del antiguo Egipto y su amada esposa: Ramsés II y Nefertari.
Imágenes del interior de los Templos por cortesía del viajero Jorge Sánchez
La conquista de Nubia siempre fue un objetivo prioritario para los egipcios. Su vía de acceso a las riquezas naturales del sur de África y sus reservas de oro y diorita fueron el motivo de grandiosas campañas militares en la zona, sobre todo en el Reino Nuevo, bajo el mandato de Seti I y Ramsés II.
Este último añadió una fiebre constructora nunca antes conocida. Los templos de Abu Simbel significaron un enclave estratégico para mostrar al enemigo el poder del faraón. El templo mayor de Ramsés II y el dedicado a su amada esposa Nefertari se sitúan en la cumbre de la civilización faraónica por su grandiosidad y belleza. Ambos corrieron peligro por la construcción de la Presa de Asuán en los años 60, pero una iniciativa de la Unesco con la participación de varios países hizo posible su traslado unos cientos de metros para preservarlos de las aguas. La imágen de los colosos de Ramsés iluminados con los primeros rayos solares es sobrecogedora. El templo mayor luce imponente ante los atónitos ojos del visitante. Una vez te aproximas puedes disfrutar de los detalles. Las cuatro estatuas sedentes de más de 20 m de altura muestran al faraón entronizado y divinizado. A sus pies figuras menores de miembros de su familia. En medio de los colosos, sobre la puerta de acceso una estatua de Ra Horajti, flanqueada por dos relieves del rey en actitud de adoración. Una vez dentro no decae la emoción. Una gran sala hipóstila con dos filas de cuatro pilares con ocho majestuosas estatuas osiríacas del rey. En el techo la diosa Nejbet, protectora del Alto Egipto, entre estrellas con fondo azul. En las paredes de la sala, una vez más, las gestas militares del rey, en particular la batalla de Quadesh contra los hititas y la captura de prisioneros nubios llevados en manojos por el propio faraón. Una segunda sala hipóstila, de menor altura, ya que el techo y el suelo se aproximan camino del santuario, nos conducen a este último, donde nos espera otra maravilla. Una pequeña habitación de 7x4 m alberga cuatro estatuas sedentes en un banco corrido. De izquierda a derecha: Ptah, Amón, Ramsés II divinizado y Ra Horajti. Dos veces al año, el 20 de Febrero y el 22 de Octubre, los rayos solares del amanecer iluminan al grupo de izquierda a derecha desde la figura de Amón, permaneciendo en la oscuridad Ptah, dios del inframundo. No repuestos del todo de la grandiosidad y belleza del Templo Mayor nos aproximamos al Templo de Nefertari. Dedicado a la diosa Hathor, en su fachada se yerguen cuatro estatuas del rey entre las que se sitúan dos, de similar tamaño de su esposa, todas en actitud de marcha. En el interior una pequeña sala hipóstila con seis columnas y ornamentación dedicada a la diosa Hathor. Un pequeño vestíbulo nos conduce al sanctasanctórum donde pudimos apreciar relieves de la diosa e imágenes divinizadas de Ramsés y Nefertari. La imagen de los templos de Abu Simbel es una de las pocas que permanecerán grabadas en tu retina durante toda la vida. Para saber más: .*El Templo de Ramsés II en Abu Simbel. Bajo las arenas de Kemet .*El Templo de Nefertari en Abu Simbel. Bajo las Arenas de Kemet .El Traslado de los Templos de Abu Simbel. Una Breve Historia .Abu Simbel, gigantes de Ramsés II en Nubia. AE * Imágenes del interior del Gran Templo. Egyptbyshuey. *Imágenes del Templo de Nefertari. Egyptbyshuey. .Giovanni Belzoni en Abu Simbel. National Geographic .*Relives muro de la entrada 3D .Celebración de los 50 años del salvamento de Abu Simbel. AE
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