De regreso a Asuán, después de visitar los Templos de Abu Simbel, visitamos el Obelisco Inacabado ubicado en las antiguas canteras de granito.
Se cree que el monolito fue tallado en época de Hatshepsut y es el mayor conocido con una longitud de 42 metros y un peso cercano a las 1200 toneladas. Por desgracia la aparición de una grieta cuando el proceso de tallado llegaba a su final motivó el abandono de los trabajos en el lugar original, donde puede ser observado por los atónitos visitantes. El profesor Lull nos demuestra, con una piedra dolerita en mano, cómo daban forma a los obeliscos y cuántos trabajadores podrían estar tallando la piedra al mismo tiempo. Es asombroso, casi increíble, que se pudiera dar forma a un bloque de granito tan descomunal y que además pudiera ser trasladado río abajo, cientos de kilómetros, hasta Tebas, la actual Luxor. Recordemos que un par de gemelos apenas unos metros más pequeños sí llegaron a su destino al Templo de Karnak durante el reinado de Hatshepsut. Para saber más: Los obeliscos, proezas del Antiguo Egipto. Jose Lull. Conec Los Obeliscos: origen y destinos. Baúl del Arte Los obeliscos, rayos de sol en piedra. El Templo de Seshat
Paseo en faluca:
Tras la comida en el crucero nos esperaba una bonita y relajante experiencia:
un paseo en faluca por el Nilo, apreciando en las riberas del río instantáneas de la vida cotidiana de los lugareños y en las alturas de las colinas la vista de la aventura del día siguiente, la necrópolis de Qubbet el-Hawa.
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